En el siguiente artículo del Dr. Guillermo Arribasplata Garfias, especialista en Pediatría de Clínica Internacional, te hablaremos sobre la tos ferina en niños y bebés, infección aguda que deberás evitar a toda costa.

¿Qué es la tos ferina?

La tos ferina es una enfermedad altamente contagiosa de las vías respiratorias que afecta principalmente a la población infantil, aunque ocasionalmente también aparece en adolescentes y adultos en quienes los síntomas no son tan severos. Esta infección bacteriana suele ser moderada a severa, e incluso puede ocasionar la muerte.

Hasta antes de 1940, su incidencia era muy elevada sobre todo menores de 1 año y con gran mortalidad. Solo en EEUU en 1934, se reportaron 264,000 casos. Con la aparición de la vacuna en la década de 1940, los casos disminuyeron drásticamente. La incidencia actual es de 8.5 casos por 100,000 habitantes en la población general, pero si tomamos en cuenta solo la población de menos de 5 años es de 88 casos por cada 100,000.

Se le conoce también por nombres alternativos como coqueluche, tos convulsiva, pertussis, y puede prevenirse gracias a la vacunación.

Causas de la tos ferina

Es causada principalmente por una bacteria gram negativa llamada Bordetella pertussis. Con menor frecuencia, otras especies de la bacteria Bordetella producen cuadros similares. Vale recalcar que esta infección es altamente contagiosa y se produce por las secreciones respiratorias al toser o estornudar. 

Síntomas de la tos ferina

sintomas tos ferina

Principalmente el cuadro clínico se caracteriza por:

  • Tos
  • Dificultad para respirar
  • Estridor inspiratorio
  • Nariz con secreciones nasales

Los síntomas pueden durar de 2 a 3 meses, y sus complicaciones pueden ser graves y letales. La enfermedad se presenta principalmente en niños menores de un año; sin embargo, las personas jóvenes y adultas también pueden padecerla y ser una fuente importante de transmisión en los niños sin vacunación o con esquema incompleto. 

La bacteria tiene un periodo de incubación de 7 a 10 días, luego de los cuales se inician los síntomas que generalmente se desarrollan en 3 etapas que varían de intensidad según el grado de inmunidad que tenga el individuo hacia la Bordetella pertussis.

Estas etapas son las siguientes:

  • Periodo catarral: De 1 a 2 semanas de duración. Se presenta fiebre baja (o sin ella), secreción nasal, estornudos, lagrimeo, tos seca, malestar. El paciente es muy contagioso. 
  • Periodo paroxísmico: De 1 hasta 10 semanas de duración. Caracterizado por paroxismos de tos, estridor inspiratorio, vómitos inducidos por la intensa tos, cianosis, agotamiento y pérdida de peso.
  • Periodo de convalecencia: De 2 a 3 semanas durante las cuales la tos disminuye y aumenta la susceptibilidad a adquirir otras infecciones respiratorias.

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¿Qué complicaciones podría traer esta enfermedad?

El grupo más afectado por las complicaciones son los menores de un año. Hasta un 50 % de niños pueden presentar apnea del sueño; un 20 %, neumonía; 1%, convulsiones; y un 1 % puede morir.

Los menores de 1 año que presentan neumonía tienen la mayor mortalidad, ya que pueden desarrollar hipertensión pulmonar, la cual puede progresar rápidamente y no responder al tratamiento, ocasionando también la muerte.

En adolescentes y adultos, la tos ferina puede provocar neumonía y causar:

  • Hernias abdominales
  • Vasos sanguíneos rotos
  • Costillas con contusiones
  • Problemas para controlar cuándo el paciente micciona
  • Problemas para dormir

Diagnóstico de la tos ferina

diagnostico tos ferina

Debido a que los síntomas de la tos ferina se parecen mucho a los causados ​​por un resfriado, la gripe o la bronquitis, puede ser difícil diagnosticarla en una etapa temprana. Para ello, se debe revisar detalladamente. Por ejemplo, el diagnóstico en un niño pequeño que no ha recibido vacunación se realiza por el cuadro clínico (tos paroxística de 2 semanas de evolución, vómitos inducidos por tos, estridor inspiratorio).

El diagnóstico por exámenes de laboratorio incluye:

  • Cultivo de secreción nasofaríngea obtenida por aspiración o hisopado y la Reacción de Cadena de Polimerasa (PCR) específica para el ADN de la bacteria. 
  • Pruebas de sangre: Un recuento alto de glóbulos blancos es una señal de que el cuerpo del paciente está combatiendo una infección, pero no necesariamente significa que sea tos ferina.
  • Radiografía de pecho: Esto puede mostrar si hay inflamación o líquido en los pulmones, lo que puede ser un signo de neumonía.

El diagnóstico diferencial incluye infecciones por otras Bordetellas que ocasionan cuadros más leves o infecciones por virus respiratorios como el adenovirus. Los cuadros no infecciosos incluyen la fibrosis quística, aspiración de cuerpos extraños, fístula traqueoesofágica, reflujo gastroesofágico y lesiones de masa que compriman la tráquea. 

El hemograma puede presentar leucocitosis y eosinofilia, mientras que la radiografía de pulmones puede mostrar infiltrados pulmonares en casos no complicados. Todos estos constituyen hallazgos no específicos para esta infección. En caso de complicaciones, se pueden encontrar signos de neumonía o atelectasias en la radiografía de pulmones.

Tratamiento de la tos ferina

El tratamiento incluye antibióticos, siendo la azitromicina la primera elección. También se pueden administrar claritromicina, eritromicina o trimetoprim sulfametoxazol dependiendo de la edad del paciente.

Asimismo, se pueden seguir algunas recomendaciones para que el paciente pueda sentirse mejor y recuperarse más rápido:

  • Descansos: Esto puede darle al cuerpo más fuerza para combatir la enfermedad.
  • Consumo de alimentos con una frecuencia deseada: Comer comidas pequeñas puede ayudar a prevenir los vómitos que a veces son causados ​​por ataques de tos fuertes. 
  • Respirar aire limpio: Mantener el aire del ambiente libre de polvo, humo y otros irritantes para ayudar a aliviar la tos.
  • Beber líquidos: El paciente debe mantenerse hidratado y beber mucha agua o jugos. Si notas signos de deshidratación, como labios secos o micción menos frecuente, llama a tu médico de inmediato.

¿Cómo prevenir esta enfermedad?

La prevención de la tos ferina se realiza principalmente por medio de la vacunación. El esquema actual incluye 3 dosis de vacuna contra Bordetella pertussis administradas en los meses 2, 4 y 6 de edad, y refuerzos a los 18 meses y a los 4 años.

Hasta los años 90, la vacuna era de células completas y producían un moderado porcentaje de eventos adversos. Luego de dicha época, se comenzaron a usar las vacunas acelulares con menor incidencia de eventos adversos. 

Tener en cuenta que el esquema de vacunación actual está asociada a otras para la prevención de la difteria, el tétanos, infecciones por Hemophilus influenzae tipo b, hepatitis B y polio en combinaciones penta o hexavalentes.

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