Para cuidar a tu hijo, siempre debes estar preparado para cualquier inconveniente y qué mejor manera de hacerlo que aprendiendo a reconocer las enfermedades más comunes en niños. Gracias a nuestros especialistas en Pediatría, en el siguiente artículo de Clínica Internacional, abordaremos 6 condiciones que suelen afectar a nuestros pequeños
Resfriado común
¿Tu hijo tiene su nariz tapada? ¿Moquea y sus ojos están llorosos? ¿Estornuda y tose mucho? Podría estar resfriado. Esta enfermedad es una de las más comunes en los bebés y niños pequeños, especialmente durante los cambios de estación.
Qué hacer:
- Mantén a tu hijo hidratado con muchos líquidos como agua y jugos bajos en azúcar.
- Mantenlo alejado de lugares con mucha gente, personas enfermas y otros niños.
- Enséñale a usar un pañuelo para sonarse la nariz o cubrirse la boca al estornudar.
- No le des medicamentos que su pediatra no le haya recomendado o recetado. Si das una dosis errónea, podrías conducirlo a una sobredosis.
- Usa gotas de solución salina para humectar los conductos nasales de tu niño y un aspirador para eliminar el exceso de moco.
- Coloca en el cuarto de tu hijo un humidificador de vapor frío para mejorar el aire que respira. Asegúrate de limpiarlo regularmente para evitar la acumulación de moho.
- Lleva al médico a tu hijo si no mejora después de unos 5 o 7 días o si tiene fiebre de más de 38 °C.
Varicela
La fiebre, picazón, así como las manchas rojas en todo el cuerpo y cara son los síntomas más comunes de la varicela, otra enfermedad muy común en niños. La erupción provocada por esta condición suele aparecer durante unos días y, en algunos casos, las ronchas suelen dejar cicatrices si se infectan.
En niños sanos, la varicela suele ser una enfermedad común y leve, aunque es muy contagiosa y se propaga fácilmente a través del contacto directo o gotas en el aire de una persona con el virus.
Qué hacer:
- Informa a la escuela o centro de cuidado infantil sobre la situación de tu hijo y mantenlo en casa para evitar que la enfermedad se propague a otros niños.
- Para evitar que se rasque, córtale las uñas y considera ponerle guantes durante la noche.
- Baña a tu hijo con agua fría para ayudar a aliviar la picazón.
- Llévalo a un centro de salud de inmediato si la erupción se extiende a los ojos o se pone muy roja o sensible. Asimismo, si presenta síntomas como el mareo, vómitos, latidos cardíacos rápidos, falta de aliento, pérdida de coordinación muscular, rigidez en el cuello, temblores o fiebre muy alta.
Gripe estomacal (gastroenteritis)
Es más que solo un dolor de barriga. ¿Tu hijo sufre de náuseas y vómitos? ¿Sus heces son malolientes y demasiado blandas? Podría estar sufriendo de una gripe estomacal o una infección en el intestino. Otros síntomas incluyen dolores musculares, dolor abdominal y fiebre leve.
Qué hacer:
- Para reemplazar la pérdida de agua y sales, mantén a tu hijo hidratado con agua o jugos que no contengan leche, permitiendo que tome pequeños sorbos de rato en rato. Recuerda que tu hijo aún es pequeño y no puede retener muchos líquidos.
- Una vez que tenga ganas de comer, ofrécele pequeñas cantidades de plátanos, arroz, puré de manzana y tostadas. También podrías intentar darle de comer yogurt griego, el cual posee un alto contenido de probióticos que promueven una flora saludable en el intestino.
- Evita que entre en contacto con otras personas, ya que esta condición es contagiosa.
- Llévalo al médico si los síntomas persisten o empeoran.
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Conjuntivitis
Esta inflamación del tejido que recubre los párpados causa enrojecimiento, secreción amarillenta, visión borrosa y ojos costrosos. La conjuntivitis en niños es causada por una infección bacteriana, que debe tratarse con gotas antibióticas.
Vale mencionar que la conjuntivitis también puede ser el resultado de un virus, que no requiere medicación, alergias o un irritante en el aire, que pueden tratarse con otro tipo de gotas.
Qué hacer
- Tu hijo no podrá regresar a clase hasta que haya recibido tratamiento.
- Lávale las manos regularmente, evita tocarle los ojos y no compartas toallas de mano, mantas o almohadas para que no ningún otro miembro de tu familia se infecte.
- Acude a tu pediatra para saber exactamente qué tipo de conjuntivitis tiene tu hijo y así buscar el mejor tratamiento.
Asma
¿Tu hijo presenta sibilancias y experimenta opresión o dolor en el pecho? ¿Le resulta difícil respirar? Además de estos síntomas, una tos que no desaparece también es un signo del asma. Esta condición afecta las vías respiratorias volviéndolas sensibles e inflamándolas. Es muy común y afecta a alrededor del 20% de los niños del país.
Qué hacer:
- Lleva a tu hijo al médico para que un doctor pueda revisarlo y diagnosticar si verdaderamente se trata de esta condición o de otra enfermedad subyacente.
- Si tu hijo ya sufre de asma, enséñale a usar su inhalador según las instrucciones de su médico. En caso no pueda respirar, deberá usarlo de inmediato y repetir el procedimiento cada 20 minutos hasta una hora.
- Evita los desencadenantes comunes, como el polvo, el polen, la piel de los animales, el humo del tabaco y el estrés.
- Lleva a tu hijo al médico de inmediato si los síntomas del asma no se alivian o empeoran, o si regresan dentro de las cuatro horas.
Rinitis alérgica (alergias)
Si tu hijo estornuda constantemente y presenta goteo nasal, puede sufrir de rinitis alérgica. Esta enfermedad crónica es muy común en niños y en la primavera. Suele estar asociada con el asma, infecciones del oído o eczemas.
Qué hacer:
- Evita los desencadenantes comunes como los ácaros del polvo y el humo del tabaco.
- Usa un filtro de partículas de aire de alta eficiencia para reducir el polvo.
- Intenta comprarle una almohada adicional para mantener la cabeza de tu hijo en posición vertical y así reducir la congestión y facilitar la respiración.
- Lleva a tu hijo al médico si la rinitis alérgica afecta sus actividades diarias. El especialista podría recetarle antihistamínicos orales y/o aerosoles nasales.
Cuando llamar al doctor
La mayoría de las enfermedades infantiles siguen su curso sin grandes preocupaciones. Pero para algunos síntomas (y para ciertos niños), se recomienda realizar una visita a su pediatra si presentan lo siguiente:
- Deshidratación. Tu hijo puede tener los ojos hundidos (o, si es un bebé, una fontanela hundida) o parecer extremadamente letárgico. Su boca puede incluso estar pegajosa al tacto. Observa si está orinando menos de tres o cuatro veces al día.
- Fiebre alta. En los recién nacidos, cualquier temperatura elevada justifica una visita. Para los bebés de más edad y niños mayores, lo máximo es 39 °C.
- Dificultad para respirar. Su respiración es rápida. Notas largas pausas entre cada respiración.
- Falta de apetito. Es normal que un niño enfermo tenga poco interés en la comida. Pero si tu hijo come o bebe menos de la mitad de lo que normalmente consumiría durante dos días o más, habla con tu pediatra.
- Condiciones preexistentes. En caso le hayan diagnosticado a tu hijo asma, diabetes, un sistema inmunitario debilitado u otra afección médica crónica, habla con su pediatra cada vez que contraiga un virus que pueda comprometer su salud.
En Clínica Internacional, tenemos a los mejores médicos especialistas en Pediatría, quienes te ayudarán con el cuidado integral de tus hijos. Si deseas reservar una cita con alguno de nuestros pediatras, puedes hacerlo a través de nuestra sección Citas en Línea.