Es necesario que un recién nacido posea todas las vacunas al día. Esto evita que pueda ser propenso a desarrollar algún tipo de enfermedad que afecte significativamente su salud. Como padre, es necesario que puedas brindarle los implementos necesarios para que tu hijo pueda gozar de una mejor calidad de vida. Por esta razón, en el siguiente artículo, el doctor Dr. Guillermo Arribasplata Garfias, especialista en el área de pediatría, explicará más sobre el tema.
¿Por qué es importante vacunar a un recién nacido?
Es importante vacunar a un recién nacido porque este es muy vulnerable a enfermar y morir por afecciones infecciosas adquiridas durante la gestación, en el parto o posterior al parto durante la etapa neonatal, la cual se da entre los 0 y 28 días de vida.
Actualmente existen varias estrategias de prevención de infecciones durante la gestación, el parto y el primer mes de vida. Por ejemplo, un control prenatal adecuado, detección y tratamiento de infecciones maternas, así como la administración de vacuna contra difteria, tétanos y tos convulsiva a la madre, han probado ser efectivas en la prevención de esas infecciones durante la etapa neonatal y las primeras semanas de vida.
La atención adecuada del parto y la vacunación del recién nacido con la vacuna antituberculosa y anti-Hepatitis B, son ideales. Posteriormente, el esquema de vacunación de los lactantes y preescolares completan el sistema de prevención.
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¿Qué se debe tomar en cuenta antes de vacunar a un recién nacido?
La OMS recomienda que los recién nacidos prematuros sanos, mayores de 31 semanas de edad gestacional pueden recibir la vacuna antituberculosa al igual que aquellos clínicamente estables. Es ideal no retrasar la vacunación más allá del alta y con dosis habituales.
Está contraindicada la vacunación en aquellos recién nacidos con sospecha de inmunodeficiencia, ya sea porque poseen antecedentes de hermanos portadores o son hijos de madres con VIH o SIDA. También, se les debe aplicar la vacuna anti-hepatitis B antes de las primeras 24 horas de vida.
En caso de tratarse de recién nacidos hijos de madre con pruebas serológicas positivas para hepatitis B, es necesario administrar la vacuna anti-hepatitis B más la inmunoglobulina antes de las 12 horas de vida.
En los menores de 2000 gramos, es importante evaluar la estabilidad del paciente antes de vacunar. En caso de que no se conozca el estatus serológico materno, se debe asumir como positivo y proceder a la vacunación. Esta no se puede retrasar bajo ninguna circunstancia.
¿Qué clase de vacunas debe tener un recién nacido?
Actualmente, un recién nacido debe recibir vacuna contra la tuberculosis y contra la hepatitis B.
¿Qué ocurre cuando no vacunan a un recién nacido?
Un recién nacido no vacunado queda muy propenso a adquirir las formas graves de tuberculosis y de hepatitis B.
¿Qué enfermedades están relacionadas con la ausencia de vacunas? ¿Qué tan graves son?
Existen tres enfermedades relacionadas con la ausencia de vacunas, estas son las siguientes:
Tuberculosis
La tuberculosis en el Perú es aún un problema de salud pública. Existe un alto riesgo de que la población infantil pueda llegar a enfermar o morir de contagiarse. Estos riesgos han disminuido desde la implementación de la vacuna BCG contra la tuberculosis. No obstante, la cobertura de vacunación está aún lejos de ser suficiente para reducir el problema.
Hepatitis
El 50 % de casos de hepatitis B es dado por la transmisión de la madre a su bebé antes o durante el parto. La vacuna contra la hepatitis B disminuye el riesgo de propagación. Si se administra posteriormente a las 24 horas, pero durante la primera semana de vida, presenta cierta efectividad para prevenir la transmisión vertical.
De ser administrada posteriormente a la primera semana de vida, aún puede ser efectiva para prevenir la transmisión horizontal de hepatitis B y, por lo tanto, su administración sigue siendo beneficiosa. Es importante recalcar que la hepatitis B es una enfermedad crónica que conduce a la cirrosis y al cáncer.
Tétano
En el 2003 se reportaron 62 casos de tétano neonatal y la tasa de mortalidad era relativamente alta. Al llegar a vacunar a las gestantes y tras mejorar las condiciones de atención del parto en 2020, se notificaron solo 20 casos.
En la actualidad, se considera que no debe retrasarse la vacunación contra tuberculosis y hepatitis B. Es importante tener en cuenta que la alimentación con leche materna de manera exclusiva y a libre demanda es la regla de oro para proteger a un recién nacido de las infecciones y de otras enfermedades adquiridas.
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