Es común pensar que el ruido no implica ningún riesgo para salud, después de todo, solo se trata de sonidos. ¿Pero es cierto eso? Aunque no lo creas, según nuestra especialidad de Otorrinolaringología, la contaminación acústica, así como cualquier otro tipo de contaminación, puede afectar gravemente tu salud.
Para que sepas más sobre este tema, en el siguiente artículo de Clínica Internacional, te mencionaremos los efectos de la contaminación acústica en la salud de las personas.
¿Qué es la contaminación acústica?
La contaminación acústica se refiere a todos los sonidos de un entorno que son causados por los humanos y que afectan la salud o el bienestar de los habitantes o animales.
No se puede negar que el sonido es una parte importante y valiosa de la vida cotidiana. Sin embargo, cuando se convierte en ruido (sonido no deseado, demasiado fuerte, desagradable, intrusivo o que distrae), puede afectar negativamente nuestra salud física y mental.
Se debe reconocer la contaminación acústica como un problema grave que merece nuestra atención para así encontrar formas sostenibles y realistas de gestionarla y reducirla.
¿Cómo puede la contaminación acústica afectar mi salud?
Curiosamente, se ha demostrado que los ruidos que ni siquiera sabemos que escuchamos son los que más nos afectan, en especial, aquellos que oímos mientras dormimos.
¿Cómo es esto posible? El oído humano es extremadamente sensible y nunca deja de funcionar, ya que tu canal auditivo siempre para abierto. Así que incluso mientras duermes, tus oídos están captando y transmitiendo sonidos a diferentes partes del cerebro.
Por lo tanto, aunque es posible que no lo sientas, los ruidos del tráfico, de los aviones o de la música proveniente de algún vecino se está procesando en tu mente, y tu cuerpo está reaccionando a ellos de distintas maneras a través de los nervios.
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Problemas más comunes
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Problemas auditivos
El efecto más común es la pérdida auditiva inducida por los ruidos. Debes tener en cuenta que cualquier sonido por encima de los 85 decibeles (dB, medida para la intensidad del sonido) puede dañar la audición.
Puedes pensar que no sueles escuchar nada que llegue a ese nivel, pero lo cierto es que muchos de los ruidos que oyes diariamente pasan los 85 decibeles y son fuentes sonoras habituales: desde una cortadora de césped (91 dB), una secadora de cabello (94 dB), hasta tus auriculares a alto volumen (100 dB), o el despegue de un avión (120 dB)
A 85 dB, el daño auditivo puede ocurrir luego de aproximadamente 8 horas de exposición, pero con solo un aumento de 6db, es decir, 91db, el daño ocurre luego de tan solo 2 horas.
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Reducción de la capacidad cerebral
Está bien establecido que la contaminación acústica reduce los resultados de aprendizaje y rendimiento cognitivo en los niños. Cuanto más esté expuesto un salón de clases a los ruidos demasiado fuertes, como el de los aviones o trenes, pero será la capacidad de lectura, memoria y rendimiento de los escolares que asistan a esa escuela a comparación de otras.
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Problemas cardiovasculares
La contaminación acústica está muy relacionada con los problemas cardiovasculares.
La exposición a diferentes tipos de ruidos puede aumentar la presión arterial sistólica y diastólica, cambia la frecuencia cardíaca y provoca la liberación de hormonas del estrés (como el cortisol).
Las diferentes reacciones de estrés pueden provocar un trastorno de los procesos neuro-vegetativos y hormonales normales, ejerciendo de esta manera una influencia adversa en el equilibrio de las funciones vitales del cuerpo.
Entre los problemas cardiovasculares que podría provocar la contaminación acústica está el aumento de la presión arterial, del colesterol sérico, de los triglicéridos, de la glucosa y de los ácidos grasos.
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Problemas para dormir
Otro efecto dañino de la contaminación acústica es la alteración del sueño o el sueño interrumpido, con sus efectos de cansancio, una memoria y creatividad deterioradas, y habilidades psicomotoras debilitadas.
Los efectos a corto plazo son cambios de humor, somnolencia diurna y disminución de las capacidades cognitivas. Por otra parte, un efecto significativo a largo plazo es la enfermedad cardiovascular.
En resumen, se ha demostrado que la exposición a ruidos prolongados o excesivos causa una gran variedad de problemas de salud como el estrés, la falta de concentración, pérdida de productividad en el lugar de trabajo, dificultades de comunicación y fatiga por falta de sueño, enfermedades cardiovasculares, deterioro cognitivo, pérdida auditiva, entre otros.
¿Cómo puedes protegerte?
Puedes proteger tus oídos al bajarle el volumen al televisor o a tu música, ya sea que estés escuchando a través de audífonos o parlantes. La regla general es no escuchar música más de 60 minutos y no pasar el 60% del volumen máximo.
Asimismo, puedes conseguir tapones para los oídos moldeados a tu medida u auriculares con cancelación de ruido.
Otra medida es utilizar otro sonido para alejar o dejar de escuchar los ruidos menos agradables. La música clásica y los sonidos de la naturaleza son algunos ejemplos.
En Clínica Internacional, tenemos a los mejores especialistas en Otorrinolaringología. Si deseas reservar una cita con uno de nuestros otorrinolaringólogos, puedes hacerlo a través de nuestra sección Citas en Línea.